para aclarar algunos de los talleres realizados en clase, los invito a que leer la siguiente guía:
EVOLUCIÓN
DE LAS POBLACIONES
A diferencias del lamarquismo, para el
darwinismo, los cambios sufridos en vida
por los individuos no son heredados a la descendencia. Pero si no es en los
individuos, ¿en dónde se producen los cambios evolutivos? Ayudados por las
leyes de la genética, los científicos neodarwinista pudieron dar una
explicación a esta pregunta estudiando las poblaciones de los organismos; así
nació genética de poblaciones.
1.
GENÉTICA DE
POBLACIONES
La genética de poblaciones estudia la
composición genética de las poblaciones, la transmisión de los caracteres
hereditarios de una generación a la siguiente y los cambios que experimenta
dicha composición a lo largo del tiempo. El concepto de población se refiere a un grupo de organismos de la misma especie
que comparten el mismo hábitat y se reproducen entre ellos.
La genética de poblaciones explica que
los cambios en los genes causados por las mutaciones crean nuevas variaciones,
llamadas alelos, y generan la
variabilidad sobre la cual actúa la selección
natural. Esta variabilidad se conoce como patrimonio o acervo genético.
En una población determinada, a la
proporción de los diferentes alelos se le conoce como frecuencia alélica. Según la genética de poblaciones, la evolución
ocurre cuando cambian las frecuencias
alélicas de los genes en una población. A continuación veremos un ejemplo
para aclarar estos conceptos.
2.
LAS MARIPOSAS DE
MANCHESTER: UN EJEMPLO DE EVOLUCIÓN POBLACIONAL
Hasta 1850, la población de mariposas de
los abedules de Manchester presentaba una gran cantidad de individuos blancos,
que se confundían con los líquenes blancos de estos árboles. Entonces las
mariposas de color negro eran fácilmente detectadas y consumidas por los
depredadores, por lo que su número era muy bajo.
A finales del siglo XIX, por causa de la
industrialización, el humo de las industrias oscureció los troncos de los
árboles. Las mariposas negras ahora se confundían fácilmente con los árboles
mientras que las blancas eran fácilmente detectadas y depredadas; por esta
razón el número de mariposas blancas disminuyó notablemente.
2.1. Patrimonio genético
Con el caso anteriormente descrito
podemos entender algunos de los conceptos antes mencionados. La población de
mariposas tenía un patrimonio genético correspondiente a todos los alelos de
todos sus genes. Dentro de este patrimonio encontrábamos el alelo color de
cuerpo blanco y el alelo color de cuerpo negro, en determinadas proporciones.
Antes de la industrialización, la selección natural actuaba negativamente sobre
las mariposas negras y las blancas tenían mayor probabilidad de supervivencia y
reproducción. Con el cambio en el ambiente, la selección natural actuó
positivamente sobre las mariposas negras, que tuvieron mayores posibilidades de
sobrevivir y aumentaron su frecuencia. El cambio en la frecuencia de alelos
provoco la evolución en dicha población. El mecanismo de evolución fue la
selección natural.
2.2. Importación de la variabilidad genética Gracias a su
diversidad genética, las mariposas pudieron sobrevivir a un cambio en el
ambiente; de no haber existido la variación color negro, probablemente la población no habría sobrevivido al
cambio ambiental. Por esto se dice que la diversidad genética es adaptativa, es decir, favorece la
adaptabilidad, dado que incrementa las posibilidades de supervivencia de la
población a cambios ambientales.
2.3. Mutación y recombinación como fuentes de
variabilidad
En la unidad anterior vimos que las
mutaciones son cambios al azar del material genético, que permiten la
introducción de nuevos alelos a la población y aumentan la diversidad genética.
Las mutaciones son, entonces, la materia prima sobre la que trabaja la selección
natural. En organismos de reproducción sexual, además de la mutación, la recombinación genética que ocurre
durante la meiosis asegura que los descendientes de una misma pareja de padres
sean diferentes y, por tanto, también es adaptativa.
2.4. Variabilidad genética en organismos asexuales
En organismos asexuales, la única fuente
de variabilidad es la mutación, ya que los descendientes son genéticamente
idénticos al padre. Estas especies compensan la falta de recombinación con
altas tasas de reproducción, que incrementan la frecuencia de mutaciones y, por
tanto, la variabilidad.
3.
MECANISMOS DE
EVOLUCIÓN
A principios del siglo XX, el matemático
inglés G.H. Hardy y el médico alemán
W. Weinberg, por medio de modelos
matemáticos, propusieron las condiciones necesarias para que una población no
evolucione, es decir, no sufra cambios en sus frecuencias alélicas. Dicha
población hipotética, se dice, estaría en equilibrio
de Hardy – Weinberg, y debería cumplir todas
las siguientes condiciones:
v No deben
aparecer alelos nuevos mediante mutación.
v No debe haber
intercambio de genes con otras poblaciones de la misma especie, es decir, no
debe haber migración.
v Todos los
individuos deben tener la misma posibilidad de reproducirse, es decir, no debe
haber selección de pareja.
v La población
debe ser inmensamente grande para que no ocurran cambios en las frecuencias
debido al azar.
v Todos los
individuos deben tener la misma probabilidad de sobrevivir y reproducirse, es
decir, no debe haber selección natural.
Según estos dos científicos, de no
cumplirse una sola de estas condiciones, lo cual es altamente probable,
ocurrirá evolución en la población. Esto nos muestra que la evolución es un
proceso natural que ocurre todo el tiempo a nuestro alrededor. Es por ello que
la gran mayoría de los científicos consideran la evolución como un hecho
suficientemente sustentado y evidenciable.
Si lo observamos desde otra perspectiva,
cualquiera de estas condiciones conllevan a la evolución de las poblaciones,
por lo que es posible identificar los factores o mecanismos que la provocan;
estos son llamados mecanismos de
evolución.
3.1. Mutación: introducción de alelos nuevos
Por sí sola, la mutación puede alterar
muy poco las frecuencias de los alelos de una población. Sin embargo, ya
sabemos que sin ellas no ocurriría evolución, ya que todos los genotipos serían
idénticos. Se dice que las mutaciones son preadaptativas, porque inicialmente
pueden no traer ventaja alguna para los organismos y llegar a ser útiles sólo
si hay cambios ambiéntales.
3.2. Migración: flujo de genes entre poblaciones
El flujo de genes entre poblaciones es
otro factor de evolución. El patrimonio genético de una población puede variar
por el aporte o sustracción de alelos por inmigración o emigración, respectivamente.
De la misma manera, la migración entre poblaciones de una misma especie permite
que mantengan su unidad genética y como veremos más adelante, no se conviertan
en especies diferentes.
3.3. Selección sexual: selección por el sexo opuesto
En la naturaleza, no todos los individuos
de una población tienen la misma posibilidad de reproducirse, ya que
generalmente los machos o las hembras pueden escoger la pareja con la que
desean reproducirse. Un caso evidente de selección
sexual es el de los machos alfa, o macho dominantes, en muchas especies de
mamíferos; son ellos quienes tienen mayores probabilidades de reproducirse y,
mientras mantenga su dominio, sus alelos predominarán en la descendencia. Otro
ejemplo es la selección por cortejo, muy frecuente en aves; las hembras no
eligen a los machos por tener características más aptas a un ambiente dado,
sino que seleccionan algunas características específicas como el canto, la coloración
o los despliegues de cortejo. En los seres humanos, la selección sexual es muy
importante. Quizá, en nuestra sociedad moderna, la selección sexual sea incluso
más determinante que la selección natural: las personas que se reproducen son
aquellas seleccionadas por la pareja, y no por tener características más aptas
al ambiente.
3.4. Deriva genética: evolución por azar
Cuando una población es tan pequeña que
sus frecuencias alélicas cambian como producto del azar, se dice que está en deriva genética. Imagina que una
población de 100 individuos, tres presentan cierto alelo; siempre será altamente
probable que estos tres individuos mueran accidentalmente, desapareciendo con
ellos dichos alelos. Por el contrario, si los individuos portadores están en
mayor número, las probabilidades de desaparecer por cambios ambientales
azarosos disminuyen.
En la deriva genética, ciertos alelos
desaparecen como producto simplemente del azar, sin necesidad de selección
natural. Algunos científicos creen que la deriva genética es un importante
motor de la evolución, luego de eventos que reducen drásticamente los tamaños
poblaciones, como es el caso de las extinciones.
Existen dos casos particulares de deriva
genética: el fenómeno del cuello de
botella y el efecto fundador.
3.4.1.
El fenómeno del
efecto fundador
Este fenómeno ocurre cuando a partir de
unos pocos individuos se origina una nueva población. Entre menos individuos
sean, más influyentes serán sus características en la nueva población y, por
tanto, más distinta con respecto a la población original.
3.4.2.
El fenómeno del
cuelo de botella
Este fenómeno ocurre cuando una población
muy grande queda reducida a unos cuantos miembros por causas extremas. En caso
de recuperarse, la nueva población queda con un patrimonio genético reducido y
totalmente diferente al de la población inicial. Por efectos de la deriva genética y de la poca
variabilidad, algunos alelos quedan eliminados por completo, mientras que otros
resultan dominantes.
3.5.
Selección
natural
La selección natural ocurre cuando los
individuos con ciertas características apropiadas para el ambiente se
reproducen exitosamente, por lo que sus alelos predominan en la población. De
esta manera, al actuar sobre los fenotipos de los organismos produce cambios en
las frecuencias de los genotipos. La selección natural se caricaturiza
comúnmente como “la supervivencia del más fuerte” pero, en realidad, no es
cuestión de fortaleza o debilidad, sino de sobrevivir
mejor al ambiente y tener éxito
reproductivo.
A menudo puede ocurrir que un ambiente
seleccione positivamente a un organismo pequeño y débil sobre uno grande y
fuerte, si el ser pequeño es favorable en dicho ambiente.
Existen tres tipos diferentes de
selección natural que pueden actuar sobre las poblaciones: selección direccional, selección estabilizadora y selección disociadora.
3.5.1.
Fuerzas selectivas
opuestas
Los organismos están siempre sometidos a
diversas fuerzas de selección, a menudo opuestas, en los ambientes naturales:
por ejemplo, el pico del colibrí ensifera debe ser muy largo para alcanzar el
néctar de las flores de la curaba, pero no tanto como para que este le impida
posarse sobre una rama o huir. Existen, pues, dos fuerzas selectivas opuestas
que moldean el tamaño de su pico.
Otro ejemplo claro de fuerzas selectivas
opuestas se da cuando se oponen la selección sexual y la selección natural. Si
un pavo real macho tiene la cola poco vistosa, no atrae a las hembras y no se
puede reproducir, pero si la tiene demasiado grande, puede ser fácilmente
atrapado por los depredadores.
3.5.2.
Competencia y
cooperación
Darwin se refería a la supervivencia de
las especies como “la lucha por la existencia”, pero, según él, esta no se
reducía solamente a la competencia entre individuos, sino a cualquier medio
utilizado por los organismos para sobrevivir. La cooperación entre individuos
es igualmente útil para la supervivencia, evitando los efectos negativos de la
selección natural.
Actualmente, los científicos estudian dos
ejemplos de cooperación: el altruismo genético y la simbiosis mutualista.
v El altruismo implica que algunos miembros
de la población sacrifican su supervivencia o su reproducción, para que otros
miembros de la población puedan sobrevivir y reproducirse: las abejas obreras
sacrifican su reproducción y hasta su vida para proteger a la reina, y los
padres de muchas especies ponen en riesgo su propia vida para alejar a los
depredadores de sus crías.
El simbiosis
mutualista ocurre cuando los individuos de dos o más especies se favorecen
mutuamente. Las flores y sus polinizadores son ejemplos comunes de simbiosis,
pero los líquenes son tal vez uno de los casos más sorprendentes: el hongo
proporciona humedad y protección al alga y el alga realiza fotosíntesis y da
alimento al hongo; juntos pueden sobrevivir en ambientes inhóspitos, donde
solos no podrían existir.
Se puede decir que un organismo está
adaptado al ambiente cuando su anatomía, su fisiología y su comportamiento,
entre otros, le permiten soportar y sobrevivir al medio en que normalmente se
desenvuelve y a sus cambios ambientales.
Los individuos mejor adaptados son los
que tienen mayor probabilidad de supervivencia, y se reproducen más que los
menos adaptados, lo cual se conoce como reproducción
diferencial. Las características que son altamente adaptativas se mantienen
en la especie de generación en generación, con más frecuencia que las menos
adaptativas. En algunos casos puede ocurrir que, por presiones selectivas
similares, especies no relacionadas pueden adquirir adaptaciones semejantes, lo
que se conoce como evolución
convergente. La convergencia entre los marsupiales australianos y los
placentados del resto del mundo es tal vez uno de los ejemplos más evidentes de
adaptaciones similares al medio por parte de especies no emparentadas.
Sin embargo, no todos los rasgos o
características de los organismos son adaptativos. Algunos rasgos pueden ser neutros, es decir, pueden no traer
ventajas o desventaja al individuo que los posee. Otros rasgos pueden ser preadaptativos, o sea que pueden llegan
a ser útiles o variar su función con determinados cambios ambientales: las
plumas, por ejemplo, originalmente sirvieron para controlar la temperatura
corporal y posteriormente sirvieron para el vuelo.
Las adaptaciones pueden ser de tres
tipos: fisiológicas, de comportamiento o
morfológicas.
ADAPTACIONES
FISIOLÓGICAS, METABÓLICAS Y BIOQUÍMICAS
Estas adaptaciones permiten mejorar el funcionamiento interno del organismo,
especialmente en ambientes difíciles. Por ejemplo, la rato canguro, el camello
y el dromedario pueden hacer uso del agua derivada de la degradación de la
grasa corporal para subsistir en el desierto durante varios días. En las
plantas, este tipo de adaptaciones es más común debido a su inmovilidad. La
gran mayoría de las plantas de países con estaciones, por ejemplo, pierden sus
hojas y cambian su metabolismo para evadir las estaciones frías. Algunas
plantas de los desiertos, como las cactáceas, hacen fotosíntesis durante el día
con sus estomas cerrados, para evitar la pérdida de agua; que el CO2 no pueda ingresar a la planta por las
estomas no es problema, ya que almacena suficiente durante la noche.
ADAPTACIONES
DE COMPORTAMIENTO O ETOLÓGICAS
Este tipo de adaptaciones es más
frecuente en animales. Las adaptaciones de comportamiento son conductas que afectan la supervivencia y
el éxito reproductivo de la especie. Ante una nueva presión selectiva para un
animal, tal como la falta de alimento, el cambio de comportamiento en un animal
puede ser vital.
Algunos ejemplos de adaptaciones de
comportamiento son: el ocultarse de día para escapar del calor o de los
depredadores; buscar alimento durante la noche o en el crepúsculo, y el
desplazamiento de los reptiles entre lugares de sol y de sombra para regular la
temperatura corporal.
Algunos comportamientos son adquiridos
genéticamente y siguen las leyes de la selección natural: si el comportamiento
es favorable, se selecciona y se transmite en la población. Otros
comportamientos son adquiridos o aprendidos y, de ser favorables, ser
transmiten rápidamente por imitación y aprendizaje. Un ejemplo es el uso de
herramientas por parte de algunos primates y algunas aves, que les facilita la
consecución de alimentos.
ADAPTACIONES
MORFOLÓGICAS
Las adaptaciones morfológicas son
modificaciones en la forma de las estructuras físicas de los organismos. Se
pueden destacar tres tipos de adaptaciones morfológicas: adaptaciones estructurales, coloraciones de advertencia e imitaciones adaptativas.
Adaptaciones
estructurales
Las adaptaciones estructurales ocurren
frecuentemente en todos los seres vivos y se refieren a estructuras u órganos
que hacen a la especie más eficiente en el hábitat en que vive. Un ejemplo de
adaptación estructural es la capa gruesa de grasa que tienen las focas marinas
para protegerse de las frías aguas polares. Entre las adaptaciones
estructurales más fascinantes se encuentran los aparatos bucales de los
insectos.
Las piezas que componen este aparato son
esencialmente las mismas; sin embargo, han sido modificadas para conformar una
variedad de formas diferentes, relacionadas con el tipo de alimentación de los
diferentes, relacionadas con el tipo de alimentación de los diferentes grupos
de insectos. En algunos casos, el aparato bucal sirve para picar y succionar,
como el de los mosquitos y las pulgas; para lamer, como el de las abejas y las
mariposas, o para morder, como el de los escarabajos y las hormigas.
Adaptaciones semejantes, aunque menos
espectaculares, ocurren en los dientes de los mamíferos, cuya forma y
resistencia dependen, en general, de la dieta de la especie: los carnívoros
tienen los caminos grandes y punzantes, mientras que los rumiantes tienen
molares especializados para triturar el pasto.
En las plantas se presenta una gran
variedad de adaptaciones estructurales, generalmente relacionadas con la
necesidad de agua, la fotosíntesis, la reproducción y la protección contra la
herbivoría. Por ejemplo, el tamaño pequeño de las hojas y el número reducido de
estomas sirven para minimizar la pérdida de agua en ambientes secos, es el caso
de los trupillos de la alta Guajira. Las plantas con hojas grandes están
asociadas a ambientes con poca luz, como ocurre frecuentemente con los arbustos
del suelo de los bosques húmedos. Sin embargo, las adaptaciones más
sorprendentes y variadas se pueden observar en las flores, relacionadas con los
mecanismos de reproducción y con la atracción de polinizadores, como aves e
insectos.
Adaptaciones
adaptativas
Son imitaciones morfológicas que proveen
algún tipo de ventaja a los organismos. Entre las imitaciones adaptativas están
el camuflaje y el mimetismo.
v Camuflaje. Se refiere a las semejanzas
o imitaciones de algún rasgo del ambiente y objetos que rodean a los
individuos, y puede incluir la forma, el color y los patrones del ambiente.
Ejemplos de este tipo de adaptación son el insecto palo, el pez hoja, el
camaleón y el oso polar.
v Mimetismo. En algunos casos,
organismos inofensivos adoptan coloraciones de advertencia o formas similares
de organismos que sí son peligrosos: moscas inofensivas con aspecto de avispas
o abejas; culebras con apariencia de serpientes venenosas, y mariposas semejantes
a otras nocivas o de mal sabor. En otros casos, un depredador se asemeja a sus
víctimas parece inofensivo. Un tercer caso de mimetismo ocurre cuando animales
simulan estructuras falsas, como una mariposa con una falsa cabeza situada en
el extremo posterior del cuerpo: un depredador atacaría primero la cabeza
falsa, que es más vistosa que la real, sin causarle la muerte. Otra forma de
mimestismo se relaciona con la reproducción; tal es el caso de algunas
orquídeas, cuyas flores tienen gran parecido con la hembra de su insecto
polinizador.
COLORACIONES
DE ADVERTENCIA
Las coloraciones de advertencia permiten
prevenir la depredación y los ataques mediante señales visuales de peligro,
identificables por los agresores. Algunos animales que son potencialmente
venenosos, de mal sabor o no digeribles por sus depredadores, han evolucionado
hacia coloraciones brillantes y patrones llamativos que advierten sobre su
peligrosidad. Algunos de los patrones comunes son amarillos con negro, blanco
con negro y amarillo o naranja con blanco y negro. Tal como nos ocurre a
nosotros, los depredadores aprenden fácilmente a reconocer abejas, avispas y
serpientes y a diferenciar ranas, salamandras y mariposas venenosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario